30 de octubre de 2008

Paradojas y mitos de la estatización jubilatoria

Por Carlos Fusco

La posibilidad de contar con un gobierno que gestione “combatiendo al capital” parece no ser del agrado de muchos especialistas en economía y finanzas, aunque algunos de ellos se llamen así mismos “peronistas”, por lo que han empezado a hacer circular toda clase de mitos urbanos, con respecto a las AFJP´s. Así oiremos por ejemplo que “impacta en el mercado de capitales productivos también”, que “no era el mejor momento”, que “afecta la credibilidad de la Argentina en el largo plazo”, que “perdemos acceso a los créditos internacionales”, y miles de etcéteras.

Definitivamente esta es la decisión más audaz que ha tomado el gobierno, una de esas medidas que caracterizan una época.

En efecto, la política de des-endeudamiento público llevada adelante por los Kirchner (como gustan nombrar al gobierno Morales Solá y Van Der Kooy para resaltar una supuesta tendencia autoritaria) afectará profundamente al mercado de capitales financieros argentino, tan pequeño, incipiente, inmaduro y casi estado-dependiente. Las AFJP´s no hubieran tenido posibilidad de existencia sin la emisión de bonos de deuda pública en los ´90, lo que en buen romance sería estatizar deuda privada, una política económica muy utilizada no solamente por Cavallo sino también por Martínez de Hoz, en diferentes momentos de la historia pero con semejante daño para las clases trabajadoras (léase clase media, media baja y baja).


La alusión del impacto en el mercado productivo se refiere a los fideicomisos y otros fondos en los que las AFJP´s invierten y que financian parte de la llamada economía real (pregunta al margen ¿habrá alguna “economía irreal”?), pero que en el proyecto gubernamental de reforma del sistema quedarían salvaguardados ya que el ANSES se haría cargo de éstos, del mismo modo que hoy dicho organismo administra inversiones cuya finalidad es que las jubilaciones no se deprecien. En otras palabras, esos fondos seguirán disponibles para la economía real. Tranquilos muchachos “lo suyo” está.

Para los adalides del libre mercado, está bien que el estado genere y financie artificialmente un mercado de capitales con fondos destinados a la seguridad social como cuando se crearon las AFJP´s, pero está mal que lo borre de un plumazo cuando ese mercado de capitales justamente no capitaliza y sólo aporta renta a las empresas nacidas para sostenerlo, producto de las enormes comisiones que éstas cobran (casi 30% del aporte salarial bruto), perjudicando a la gente.


El momento elegido, otra gran falacia esgrimida por los defensores del sistema, donde se supone que habrá algún momento propicio en el que los empresarios resignarán conformes sus ganancias. ¿Qué mejor momento que esta crisis sistémica internacional -de proporciones aún no previstas- para defender las futuras jubilaciones y pensiones de un deterioro irreversible?


Hablemos de la credibilidad argentina en el largo plazo. Cuando todavía estamos siendo castigados por el default de la última crisis de fin de siglo, razón por la que todos los analistas económicos internacionales insisten en que la Argentina se está preparando para una nueva cesación de pagos (pese a que todos los indicadores muestran lo contrario y que el gobierno anunció planes de reordenamiento de los compromisos caídos) ¿Es justamente la estatización de los fondos de pensión lo que nos va a restar credibilidad? ¿No será que nuestra credibilidad ya está definitivamente perdida por impericias pasadas?

A propósito de esto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) –organismo que dictó las medidas económicas que provocaron el padecimiento de los argentinos- acaba de liberar partidas de dinero para bancos centrales de países emergentes excluyendo expresamente a nuestro país, generando la profecía auto cumplida de que la Argentina no podría acceder a préstamos internacionales por la irresponsabilidad de las medidas que toma, según lo dicho ayer mismo por un referente del FMI ante Alberto Padilla, cronista de la CNN en español. Resulta paradojal y casi hasta gracioso, porque los mismos que sumieron al país en la miseria lo castigan cuando toma medidas que ellos consideran poco responsables económicamente.

Tan paradojal como decir “jubilación privada” un sin sentido absoluto cuando la seguridad social debe estar garantizada por el estado, tal como lo expresa el artículo 14 bis.

Pero claro, vulnerar la Constitución para algunos no es inseguridad jurídica.

2 comentarios:

Vechada dijo...

Hola Carlos. El sistema de retiro puede ser de gestión privada o estatal, con modalidad de reparto o con modalidad de capitalización. Hay países que adoptan uno u otro sistema o incluso que los mezclan. Hasta ahí, de acuerdo.
Pero, en la base tenemos un tema: para que un sistema de reparto sea sustentable tenés que tener una relación adecuada entre activos y pasivos, o un pleno empleo registrado, o un organismo de la seguridad social que haga milagros con los fondos para multiplicarlos como Jesús con los panes. Otra opción es financiar el sistema no con aportes patronales y de los trabajadores, sino con rentas generales.
En la práctica, nuestro sistema de reparto es así: las contribuciones de la seguridad social cubren una parte y el resto que se necesita para pagar las jubilaciones sale de rentas generales (el IVA principalmente). O sea que cada uno aporta dos veces o incluso aporta pero no le toca jubilación, como la gente que trabaja toda la vida en negro y no accede a la jubilación pero sí tributa IVA al pagar alimentos y así contribuye a financiar la jubilación de otros.
Fijate que no estamos ni tocando el tema de libre mercado o gestión estatal o la capacidad de gestionar y evitar la corrupción de éste o cualquier gobierno o la inseguridad jurídica o la desaparición del mercado de capitales (¿hay que "combatir" o "regular" al capital? no es semántica solamente!!).
Hay temas de fondo sobre los que no se está hablando.

Anónimo dijo...

El otro dia vi un archivo en power point muy bueno sobre esto hecho por ustedes, excelente.
http://evolucionperonista.blogspot.com/