9 de mayo de 2007

Contrato moral... ¿contrato político?

por Luis Macagno



Es común escuchar a algunos "altísimos" y "prestigiosos" dirigentes de la oposición plantear la discusión política como una discusión moral, hablan de "contrato moral", "unidad en torno a conductas", "coalición cívica ", etc. Mas allá de lo lindo y seductor que suena para las clases medias, para "la gente", este discurso esconde gruesos errores, algunos malintencionados, que a la larga pueden tornar en peligrosas a estas posturas para el bien del país o de "la república" como les gusta decir a estos sectores.
Plantear la cuestión en términos morales y antipolíticos, retrotrae la discusión política y del Estado (como la mas alta construcción social organizada), a etapas fundacionales y casi presociales: morales e inmorales, honestos y ladrones, republicanos y antirepublicanos, no son categorías de lo político, nunca lo fueron y es un error plantear que se puede construir un país mejor con estas posturas dicotómicas y apolíticas.
El devenir de un país se construye sobre ideas y en lo político sobre ideologías, izquierda y derecha, nacionalistas y liberales, etc.. Solo ante la ausencia de ideologías aparece "lo moral" disfrazado de contenido de político, cuando en realidad la moralidad es una condición intima y subjetiva del ser humano en sociedad. Obvio que la honestidad y la moralidad (diversamente entendida por todos) son prerequisitos necesarios para la función pública y la militancia política, como también lo es para cualquier actividad, pero de allí a entender que "los morales" "los honestos" pueden ser una opción de construcción de algo nuevo y saludable en términos políticos es un error garrafal.
Sin ir a ejemplos extremos ¿es lo mismo un honesto José Sebreli con la concepción del Estado y la economía que un honesto Rubén Lovuolo con la suya? Y yendo al extremo figurado y atroz, Jorge Rafael Videla era honesto, no hizo negocios con el Estado y creía que su cruzada antiterrorista era moralmente saludable para el pueblo argentino, ahora bien, con estos parámetros "un Videla" tranquilamente podría formar parte de esta gran coalición cívico-moralizadora.
Como dijimos, la moral es una concepción en gran parte subjetiva en un momento dado y en un lugar determinado, entonces ¿Quién tiene el "moralómetro"? ¿Lilita? ¿Bergoglio? ¿El Rabino?...NS/NC.
Se podrá decir que después de la crisis del 2001 la fragmentación y el desprestigio de los partidos políticos tradicionales nos hizo retroceder varios casilleros en el tablero de lo político, pero ya en el 2007, con un grupo político gobernando con posturas ideologicas claras (nos gusten o no), es una falta de respeto a "la gente" y una actitud temeraria para con el país no tener ideas ni posicion tomada sobre cuestiones estratégicas: mas o menos Estado y para que, distribución de la riqueza o administración de la pobreza , multinacionales o pymes, trabajo genuino o asistencialismo universal, modelo de desarrollo o modelo financiero, sobre eso no hablan, eso viene después. Eso si, ahora hay que "moralizar" al pueblo argentino, hay que perdonarlo porque no sabe lo que vota y erradicar a esta "clase política corrupta". Después veremos si el ministro de Economía es López Murphy o Claudio Lozano y el Secretario de Derechos Humanos es Eduardo Macaluse o Cecilia Pando, total las ideas no se matan, ya están muertas…
Solo en este contexto de pobreza política de las ideas, se entiende el importante rol que ocupan las grandes instituciones moralizadoras de la sociedad en el actual escenario político, que son La Iglesia y las comunidades religiosas; sobre todo la judía y su mediático rabino-candidato.
En definitiva, lo que quiero decir es que plantear la discusión en términos morales es una postura fascista que niega y anula al otro como sujeto político por el solo hecho de no cumplir con las normas ISO 9001 de "moralidad republicana". No le tengamos miedo a las ideas, no temamos hablar de ideologías, ya que solo estas y la lucha democrática para imponerlas, son las que definen el destino de los grandes países.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aca tirnen otro hijo de puta

http://macrinotevotonicopete.blogspot.com/

Sebastian Negri dijo...

Me gusta cuando decis que esa condicion moral individual es previa al estado. Tiene que ver con el legado de la dictadura, y el neoliberalismo. Todo lo que parezca colectivo o no responda al interes particular merece la desconfianza.

Unknown dijo...

PARAGUAY: VIDELA SÍ, CHÁVEZ NO
(Publicado en Kaosenlared x Luis Agüero Wagner)
Mientras en los países de la región los Derechos Humanos y la libertad de pensamiento van ganando terreno e incluso sirven de plataforma a los políticos para captar votos, los émulos del senador Mc Carthy en Paraguay, capitaneados por el propietario del diario ABC color Aldo Zucolillo, han retrocedido medio siglo en el tiempo que mide el contexto internacional, en un país en el que sólo basta alejarse unos 15 kilómetros de la capital para volver del mundo contemporáneo a la prehistoria, pasando por el modernismo, la edad media y el mundo antiguo. Es lo que se deduce del desmesurado espacio que vienen dedicando a satanizar a Hugo Chávez y a su política exterior, llegando al extremo de escrachar con fotos e infografías a supuestos simpatizantes paraguayos de la revolución bolivariana.
Nada más natural en un medio donde los políticos que hablan de derechos humanos pierden intención de voto entre el electorado, y la popularidad sube cuando más mano dura prometan.
Para honrar la memoria, debemos puntualizar que no siempre la prensa paraguaya se mostró tan susceptible a las amenazas a las libertades públicas de la región, sobre todo en tiempos en que los dictadores se asemejaban más al prototipo promovido desde el norte que a sus propios pueblos. Nadie se escandalizó en el periodismo libre cuando el General Alfredo Stroessner visitó Venezuela en junio de 1957 para estrechar vínculos con el dictador militar del país caribeño, General Marcos Pérez Jiménez, en tiempos en que ambos subproductos de la política exterior estadounidense concedían graciosamente tajadas del espectro radioeléctrico a sus adulones. Para que no queden dudas sobre el carácter marcial de su visita, Stroessner se alojó en el local del Círculo de las Fuerzas Armadas de Venezuela, en Caracas.
Un par de décadas más tarde, un 20 de abril de 1977, era recibido por Stroessner con los honores correspondientes, el Teniente General Jorge Rafael Videla, quien llegaba al Paraguay acompañado de su esposa Alicia Raquel Hartidge. A la noche se llevó a cabo una recepción de gala en el Palacio de Gobierno de Asunción, donde no faltaron los pundonorosos y austeros luchadores por la libertad de expresión, que aún no habían sido seleccionados por la embajada norteamericana como propagandistas de la democracia tutelada. Es conocido que la National Endowment for Democracy , la USAID y la CIA se abocarían a fabricar entre ellos a bien remunerados disidentes y “luchadores por la democracia” en el crepúsculo del régimen militar paraguayo.
Al conocerse a principios de marzo en Asunción la próxima visita de Videla, ABC color publicaba su recordado editorial donde criticaba al presidente Jimmy Carter por su énfasis en la promoción de los Derechos Humanos y defendía al proceso argentino sentenciando que al presidente norteamericano le era muy fácil pontificar lejos del problema. Por las mismas fechas eran apresados en Asunción Alejandro José Logoluso y Marta Landi, entregados a los sicarios de Videla por las fuerzas represivas paraguayas. Los grupos de tareas de Pastor Coronel tampoco se apiadarían de José Nell, paralítico desde que recibió una bala en los disturbios desatados en Ezeiza por el retorno de Perón.
El 28 de enero de 1999 Hebe de Bonafini pidió a Baltasar Garzón que solicite la extradición del dictador Stroessner, presentando documentos tales como una ficha policial de la Dirección de Registro de Extranjeros paraguayos de la desaparecida argentina Dora Marta Landi Gil, que está fechada en Asunción en marzo de 1977; una tarjeta del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Marta Landi, que está registrada en Asunción el 10 de marzo de 1997; y un informe de la policía de Asunción, donde se notifica que Marta Landi (argentina), Alejandro José Logolusso (argentino), José Nell (argentino) y otros han sido expulsados del país. Este informe policial está fechado el 16 de mayo de 1977. Entre los documentos, también destacan un registro de vuelo en el que se acredita que, el 16 de mayo de 1977, el capitán de corbeta José Abdalá, (alias Turco) trasladó a Landi Gil y a su compañero, Alejandro José Logolusso, de Asunción a Buenos Aires.
El destino de todas estas personas, embarcadas en el vuelo del que jamás regresarían, con seguridad poco importan a Zucolillo y otros paladines de la democracia sin chavismo, ayer tan ocupados en recibir las mieles de la proximidad al poder dictatorial, como hoy en sostener su autocomplaciente y fantasmática reputación democrática, aún al precio de buscar sombras en el cuarto oscuro de su conciencia. LUIS AGÜERO WAGNER.