Purgatorio cuasi-infernal
por Luis Macagno
Ya son indisimulables los signos de la economía que hablan de que el país esta transitando una etapa histórica de crecimiento, desbaratando funestos y despectivos pronósticos (mal)intencionados del "efecto rebote", ahora bien, si ya salimos del infierno como todavía no admite el Presidente, ¿que queda de aquí para adelante para consolidar el modelo imperante?
Veamos. Se esta produciendo un fenómeno apenas perceptible pero firme y sostenido de cambio del humor social, que consiste en la perdida de confianza en este gobierno y en los beneficios económicos anunciados con bombos y platillos. El aumento de la recaudación impositiva; el superávit fabuloso y gemelo, fiscal y cuasi-fiscal; el aumento de importaciones y exportaciones; el récord de reservas en el Banco Central, y otras cifras duras de la macroeconomía ya no producen el entusiasmo de otros tiempos, ya no alcanzan.
Por un lado hay en un sector de la población un acostumbramiento a escuchar "buenas noticias" económicas con lo cual cualquier actualización y mejora de estos índiceses percibido como algo inocuo y rutinario. Pero por el otro, y esto es lo mas preocupante, otro sector esta tomando con cierto fastidio el hecho de que todas estas buemas nuevas no produzcan mejoras concretas perceptibles y proporcionales en la economía hogareña, que es en definitiva la única economía existente para "la gente".
Las pujas salariales y las presiones inflacionarias son ejemplo de esto último. Se dirán que son problemas del crecimiento, pero son problemas al fin, problemas que se podrían haber neutralizados, o cuanto menos previsto.
Problemas que nos obligan a afrontar la gran tarea pendiente en este país injustamente desigual, que es la distribución de la riqueza y el modo de encarar esta difícil tarea. Cuando hablamos de distribuir la riqueza estamos diciendo que no es que hay esperar a que "el viento de cola" vire magicamente hacia a los sectores mas postergados, ni tampoco es tan fácil y gratuito como sacar acá y poner allá y listo. Para distribuir en serio habrá que pelearse con los que haya que pelearse, habrá que negociar con los que haya que negociar, y sobre todo habrá que pagar (¿grandes?) costos políticos frente a la opinión pública como consecuencia del contrataque de sectores de "lo establecido", algo que este Gobierno ha tratado de evitar hasta ahora y a lo que realmente le teme.
También hay que tener en claro no solo como, sino desde donde se encara esta reforma. Ya no alcanza con administrar la pobreza a través del Ministerio de Desarrollo Social o con anuncios periodicos desde el Ministerio de Trabajo o la ANSES. La empresa distributiva debe encararse desde el Ministerio de Economía y con fuertes medidas económicas, una reforma impositiva que instaure un sistema progresivo y simplificado, la sanción de la postergada Ley de Coparticipación Federal de Impuestos, reformas laborales para las pymes, una nueva Ley de Entidades Financieras, subsidios y fuertes estímulos a la producción y al crédito para la vivienda, entre otras medidas, no pueden faltar a la hora de terminar con las inequidades cristalizadas por el neoliberalismo de los noventa y que perviven en esta nueva etapa.
Solo poniendo lo que hay que poner y sin temor a los costos presentes el proyecto de una Nación mas Justa y Soberana podrá asemejarse a una realidad concreta y terrenal. Sino no solo la economía naufragara otra vez, será que el proyecto político que sostenemos y apoyamos el que se hará cenizas.
2 comentarios:
Se siente, se siente, Piri ministro de economía.
Ya me imagino los afiches:
Luis Macagno (Piri): "Rumbo al socialismo, y más allá"
Compas, largamos un portal nuevo del Frente para la Victoria. Es militanciaparalavictoria.com y esperamos que estén todos los actores que integran el frente. Sumamos su blog, fijense que les parece y si se les ocurre alguien a quien meter.
un abrazo grande.
Publicar un comentario