23 de mayo de 2006

Unión Europea - América Latina



Lic. Roberto D. ROITMAN

En el medio de las conmemoraciones del 250 aniversario del nacimiento de Mozart (aquél que no estuvo en los billetes del Euro), en Viena desafinaron los líderes de la UE y América Latina. Está claro que no ejecutaron la misma melodía, ni pertenecen a la misma orquesta. Fue una reunión anodina, sin más resultados que expresiones de deseos; más allá de los retos que se ligó Evo Morales (hasta de Koffi Annan) y los reclamos de Kirchner de un desarrollo sustentable.
La UE hace rato que mira prioritariamente hacia el Este, y siempre para adentro: además de menor crecimiento relativo, recesiones y pérdida de competitividad, enfrenta problemas con los inmigrantes, la no aprobación de la Constitución, el terrorismo, la longevidad de la población que pone en crisis a los sistemas jubilatorios y de pensiones solidarias.
Después de la reunión de Mar del Plata, la frustrada concreción del ALCA, (pese a los individuales países incorporados a TLCs) es obvia la necesidad de cambiar el conflicto por la cooperación. Me remito al excelente artículo de Raúl Bernal-Meza en Los Andes el 14 de Mayo, donde repasa la agenda UE/AL pendiente, y las dificultades para concretar lo que se llamó hace 10 años, esperanzadamente, "una alianza estratégica".
Pero queda claro que la UE se remite a un marco mayor como es la OMC, bajo cuyas normas pretende arreglar con AL.
¿Por qué lo que es bueno para Chile es malo para Bolivia?
AL, sobre todo en el Sur, concurre con renovados aires de cambio. Es la vuelta de un proceso de recuperación de la primacía de la política sobre la economía. Venimos de la "década perdida" de los 80, y pasamos por la dogmática aplicación en los 90 de las recomendaciones de los organismos multilaterales de crédito. Esto coadyuvó en la región al surgimiento de movimientos que vuelven a plantear el "desarrollo endógeno" y la recuperación de los Estados Nacionales (aún en un marco globalizado.
Ésta es también la característica sobresaliente del gobierno de Kichner: se corrió el velo sobre el Estado ausente (nunca es así) y hoy recupera un destacado protagonismo.
Carlos M. Vilas siempre nos recomendaba no confundir la globalización como proceso, con la globalización como ideología. Parte de esa "trampa intelectual" era hacernos pensar equivocadamente, tomando modelos "exitosos" sin contar toda la verdad. Negar la acción de Estado en el elevado crecimiento de los países del Sudeste Asiático, o más cercano a nosotros, el caso de Chile.
El país vecino, siempre puesto por los "libremercadistas" como ejemplo de la no intervención del Estado en la Economía, es por el contrario, el país de América Latina con la históricamente mayor participación del Estado en su PBI.
Por otro lado, es significativo lo realizado con su principal recurso natural de exportación, el cobre. El proceso de "chilenización del cobre" tiene un punto de inflexión en 1966; se dota de una Ley en 1971 (Allende) y es ratificado por Decreto (Pinochet) del 76.
Chile es uno de los países que, pese a sus últimos esfuerzos, mantiene una gran inequidad en la distribución de la renta. Es considerada como una de las sociedades de menor movilidad social. Los últimos informes del PNUD sobre Desarrollo Humano de Chile siempre señalan esta paradoja entre la sensación del crecimiento económico y de desasosiego personal.En Viena, Chile fue puesto permanentemente como ejemplo (esperemos que no sea como Menem en el FMI).
Pero ¿por qué lo que es bueno para Chile es malo para Bolivia? ¿O es acaso la preocupación por la apropiación de la renta de los recursos no renovables?
No se puede hablar de sorpresas: Evo Morales hizo su campaña con esas banderas. El Congreso dictó una Ley, y luego, el 1 de mayo se ejecutó la decisión de nacionalización de los recursos del subsuelo.
También se realizará un control de las cifras anteriores declaradas por las empresas (básicamente Petrobrás y Repsol/YPF) y denunciadas como apócrifas.
Nadie dice nada cuando Noruega (a través de la estatal Statoil) audita las extracciones en su territorio, ni cuando Canadá controla a las empresas yankis que operan en sus dominios. Ellos saben que "el hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor".

Nuestro Presidente se transformó en vocero de los reiterados reclamos de los países del Sur, pidiendo que se acabe ese doble discurso que viene desde el Norte hablando de desarrollo sustentable. Enfatizó que a veces las empresas de origen externo trasladan sus producciones, a otros países sin las mismas exigencias ecológicas que las que tienen en sus propios países. Y siempre recordemos que la pobreza es el principal problema ecológico, como se dijo en la Cumbre de Río de ‘92. Y que la inequidad atenta contra la sustentabilidad.
Por otro lado, la imposibilidad (o la incapacidad) de la resolución del conflicto argentino-uruguayo quedó casi al desnudo con la irrupción de la Reina del Carnaval, Evangelina Carrozo. Más allá de las "fortalezas" personales, quedaron también expuestas las "debilidades" institucionales de nuestros países para la resolución razonable y justa de nuestros propios conflictos.
En esta opaca Cumbre se reiteraron los "buenos deseos" y se plantearon con crudeza: la "querella por los excedentes" y los "límites del crecimiento".
En el quizás más temprano llamado de alerta ecológico, en 1972 (¡¡), en su "Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo", Juan Perón decía admonitoriamente: "La humanidad debe ponerse en pie de guerra en defensa de sí misma".

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