25 de febrero de 2010

Tirando el off side




La metáfora vale. El bloque oficialista en el Senado está con ocho jugadores y van recién 10 minutos del primer tiempo. Frente a un centro peligroso al área, dieron el pasito adelante y quedaron todos los adversarios fuera de juego.
Claro que nadie en la tribuna festeja un off side, porque todos están esperando goles. Pero es un gesto que sirve en varios sentidos.
Fortalece al bloque, que se muestra organizado y con capacidad para manejar la jugada. Fortalece a los simpatizantes y militantes del gobierno, que sienten que no están derrotados, a pesar de que no se respete a la primera minoría de ambas cámaras. Mete presión sobre los opositores, que ahora van a tener que cuidarse mas de la cuenta, después de haberse recriminado entre ellos el exceso de confianza.
Pero hay más. La política y el fútbol son muy dinámicos. Seguramente los opositores consigan dominar todas las comisiones del Senado en unos pocos días. Eso implicará estar en condiciones de imponer una goleada al oficialismo. Pero a partir de ese momento, todos los plazos les empiezan a jugar en contra. Quien tiene superioridad numérica debe enfrentar su propia ansiedad por derrotar al adversario.
Los 8 jugadores del oficialismo pueden convertir su lucha desigual en un acto heroico, a fuerza de patear la pelota afuera y aguantar el cero a cero, con la esperanza de que sucedan dos cosas. Todavía es posible que algunos de los opositores sean expulsados de la cancha. Así ocurrió con Evo Morales, que logró debilitar a las regiones opositores, con el encarcelamiento de un gobernador que ordenó una represión brutal sobre indígenas; o Lula, que logra fortalecer a la candidata de su partido, mientras la derecha brasileña se debilita por las acusaciones de corrupción contra sus principales candidatos a las presidenciales.
En segundo lugar, el mero paso del tiempo provoca que ese combinado del resto del mundo se ponga tan ansioso, que comiencen a aparecer las vanidades y las disputas personales ocultas detrás de la búsqueda del éxito inmediato. Esos últimos treinta minutos, que comienzan en el segundo semestre de este año (o antes, si la goleada se produce y se cumple el objetivo que los reunió), pueden ser los más salvajes en términos de patadas y zancadillas, no solo respecto del oficialismo, sino también entre ellos. En ese momento tendrán que comenzar a diferenciarse para ofrecerle a la sociedad algo más que el mote de antiK. Cada uno va a querer hacer su gol, y esa es la mejor noticia para una defensa consolidada.
En ese contexto, la oposición va a tener que sostener la ofensiva, convocar las sesiones, priorizar los proyectos y las expectativas, disciplinar a su equipo y convocarlos a cada sesión, incluso a Menem, con quien ninguno de ellos quiere sacarse una foto. Es un trabajo enorme que será difícil que logren desde un combinado con intereses tan heterogéneos, aunque coincidan por ahora con la táctica de juego. Incluso puede que Cobos, como árbitro que es, se tiente con sancionar algún penal, presionado por sus partidarios para mostrarse parte del éxito, a riesgo de que se peleen los goleadores por patear, y él se muestre demasiado parcial en su rol institucional, al punto de forzarse su renuncia.

2 comentarios:

LOOMania dijo...

Majestuosa nota. Realmente impecable!
Un gran abrazo cumpa! Ya estamos nosotros cuando desde que empezó a llenarse la cancha, hasta q los jugadores se hayan ido, alentando este proyecto popular y nacional. Fuerza compañero, a no perder la esperanza en nuestro gobierno, que hoy mas que nunca la necesita.
Rodrigo A. Pizarro

Néstor Dulce dijo...

Compañero: lo invito a que seamos seguidres mutuos de nuestros blogs.
¡Un abrazo peronista!