12 de febrero de 2009

Con los pies en el barro

Por Carlos Fusco

El jueves 12 de febrero de 2009 quizá pueda recordarse como uno de esos días en que la realidad muestra toda su crudeza para hacernos ver quién es quién en política, ante la superposición de dos hechos que -por su contraste- no pueden pasarse por alto.

Luego de que la furia de la naturaleza azotara sin piedad a los que menos tienen, despojando a más de 1200 familias de todas sus pertenencias, la Presidenta de los argentinos -Cristina Fernández de Kirchner- apenas arribada de su viaje a España visitó el lugar de la tragedia en Tartagal, Provincia de Salta, coordinando los equipos de ayuda humanitaria y llevando un mensaje de esperanza a los desolados pobladores, que sorprendidos ante el abrazo de la presidenta podían escuchar de su propia boca “tranquilos, no los vamos a abandonar, la ayuda llegará inmediatamente”.

Así relató Clarín el testimonio de María Vega, 59 años, pobladora de Tartagal: “Le pedí que me ayude con una casa, la mía es de ladrillo puro, sin revoque. Pero como está al lado del río en cualquier momento se la lleva”, le explicó a Clarín la mujer que primero se abrazó con el gobernador Juan Manuel Urtubey, luego con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y después con la Presidenta. Las dos caminaron abrazadas unos metros y María aprovechó la oportunidad.


Convengamos que en los más de 30 años de democracia, durante los que sucedieron múltiples siniestros de gravedad en el territorio nacional, esta es la primera vez que un Presidente se presenta junto a sus ministros en el lugar del desastre, actuando con rapidez para que las soluciones concretas empiecen a llegar. Ya se encuentran en el lugar los equipos de ayuda humanitaria, salud y los técnicos que se ocuparán de la remoción de los escombros así como de la reconstrucción del pueblo.

Bien lejos de ese lugar, en las comodidades de un céntrico hotel de cinco estrellas, la triple entente bonaerense compuesta por Macri, Solá y De Narváez se aprestaba a sellar un acuerdo de cara a las próximas elecciones con la finalidad de esmerilar el poder de los Kirchner y “renovar la política”. La estampa se completó con la presencia de Carlos Brown, Eduardo Amadeo, Jorge Sarghini y Osvaldo Mércuri, cuatro viejos exponentes del llamado “peronismo disidente” que articulan bajo el padrinazgo de Eduardo Duhalde.

El notorio contraste de la Presidenta “poniéndole el cuerpo a la crisis”, por contraposición con el lanzamiento del frente electoral de “los ingenieros”, merece aquí al menos la reflexión que la pantalla dividida de TN no permitió.

La postal de “los ingenieros” sonriendo en un hotel céntrico con toda la pompa, acentúa el estilo digno de la portada de Caras que la sola presencia de Macri y De Narváez evocan.

Lo ridículo de lanzar un frente electoral bonaerense en territorio capitalino no hace más que denotar la madre de todas las mentiras: que trabajarán para la gente.

Pero sería pecata minuta frente a la gran mentira de fuste, que viene siendo la supuesta renovación de la política que pretende encarnar este frente, nada más ni nada menos que trayendo consigo a lo más vetusto del duhaldismo, y que tuvieron responsabilidad no sólo en el deterioro de la provincia los últimos 20 años sino también en algunas de las medidas tomadas por la presidencia de Duhalde y que poco favorecieron a la gente, como la pesificación asimétrica.

Por último, mientras aún se debate sobre las dificultades que el 2009 nos depara justamente en términos económicos, la oposición se apura a hablar de candidaturas cuando todavía faltan 9 meses para la elección, y en lugar de hacer propuestas programáticas concretas se nuclean en torno a nombres que supuestamente “miden”, como lo demuestra el rápido cobijo de Macri a Solá y la resignación del primer puesto en la lista por parte de De Narváez.

Nace así lo que podemos llamar “un frente marketinero”. ¿Comprará la gente?

Mientras la oposición se apura al armado de frentes y alianzas, el kirchnerismo sigue gobernando y solucionando problemas. Sin arriesgar todavía nombres ni candidaturas mide en silencio sus “pingos”, y aún cuando los números no le son por completo adversos y podría sacar rédito de un lanzamiento temprano, elige dar pelea demostrando con hechos desde lo mejor que tiene: la gestión de gobierno.

Ante esto, la pregunta es obligada y cae por sí sola: ¿se animará esta oposición “cinco estrellas” a meter los pies en el barro para llegar a ser gobierno? ¿o será puro marketing?

Va a estar buena la Provincia.

1 comentario:

fernando dijo...

lo unico que leo es una intecion de justificar cosas, sin dar una clara posicon de que se debria hacer segin sus posturas, muy bla bla pero pocas nueces, debrian se mas concretos. Saludos