24 de julio de 2006

¿Quiere comprar educación?... ¡Deme dos!


Javier Serantes



No descubro nada si digo que la realidad que se vive en la Argentina es producto de largos años de un sistemático plan de entrega con el fin de formar un país habitable solo para unos pocos.
En esta entrega la educación no se ha visto ajena, demostrándose que solo habrá buena calidad educativa para el que la pueda pagar. Desde el nefasto golpe de Estado al gobierno democrático, nacional y popular del general Perón, la nación ha sido testigo del mas terrible retroceso de las conquistas sociales del que en un momento pudo enorgullecerse. Mas tarde sufrimos el golpe de Estado de Onganía al gobierno de Arturo Illia, y la macabra “noche de los bastones largos” como el punto de quiebre en que la educación argentina, que hasta ese momento podía dar gala de ser una de las mejores del mundo, entra en una curva descendente, que sobrellevamos hasta hoy. Los intentos años mas tarde, tras el ascenso democrático de Cámpora, de volver a construir un sistema educativo de calidad tomando como modelo la reforma educativa chilena de “educación popular” diseñado por Pablo Freire, fueron rápidamente destruidos por el golpe de Estado mas sangriento de la historia Argentina.
Luego de los sucesivos golpes que alternaban escasos años de democracia, el aparato institucional argentino se vió diezmado, ya que ni el tambaleante gobierno de Alfonsín, ni tampoco el entregador gobierno de Menem, que abrió los caminos a un neoliberalismo asesino, pudieron o quisieron restablecer las bases de una educación nacional y popular, con bases democráticas y en búsqueda de una excelencia que alguna vez hubo en Argentina.
Esta es una humilde interpretación de la realidad educativa, en un país en el que día a día se engrosa la línea entre los que mas y los que menos tienen, donde un Estado esquilmado todavía no se sobrepone al modelo neoliberal que hicieron sentir mejor que en su propia casa del Norte. En esta situación las escuelas que se encuentran en barrios carenciados deben lidiar con el dilema de enseñar o dar esperanza de vida a chicos que se la han robado, sin darles explicaciones ni oportunidades de recuperarla.
Este es el mayor desafío que tenemos en la Argentina de hoy, coincido en que nuevos vientos soplan, pero a los vientos hay que hacerlos producir energía, el debate y la posterior sanción de la nueva ley de educación debe necesariamente traer como correlato una justa redistribución de las riquezas, que de sentido a este intento de multiplicar los chicos en el aula y las horas de permanencia y calidad de estas.
El timbre tocó, ya no es tiempo de recreos hay que forjar la Argentina del futuro y se necesitan de todos y de todas para hacerlo, las criticas sobran, las propuestas escasean.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo espero que si somplan nuevos vientos, no amplifiquen mas aún la linea entre los que mas y los que menos tienen.

Anónimo dijo...

t felicito por la nota javi...y es eso...y me considero parte.,..criticas sobran...propuestas escasean

Anónimo dijo...

La nota está bien. Tiene coherencia en la escritura, y doy por sentado que da una visión de las cosas. Solo digo que hay algo de confusión ideológica, se mezcla con el discurso de cualquier peronista como duhalde, menem o KIRCHNER´, ya que asoma la ventana de volver para atras como si hubiera habido en la historia algun momento de progresismo, acaso el peronismo no fue la misma democracia capitalista que hay ahora, en los 70 o en los 30?? yo creo que si. El problema es seguir creyendo en los pequños cambios, basta de decir boludeces, aca hay que cambiar los cimientos, la superestructura. Hay que empezar a leer un poco mas a marcuse y dejar de joder con cook, keynes y hasta te diría A. Smith.. Para cuando el cambio y no la reforma. ya fue